Las setas son uno de los alimentos más saludables que existen y su exquisito sabor es capaz de elevar incluso al más modesto de los platos. En la entrada de hoy vamos a ver sus principales características y os daremos unos consejos para disfrutar al máximo de ellas.

Características de las setas

Como especie las setas son realmente curiosas, ya que están fuera del mundo animal o vegetal, pero atendiendo a sus características nutricionales en común que se incluyan en el grupo de las verduras y hortalizas, igualándolas en cantidad de agua pero con menos calorías.
Las setas son unos de los alimentos más saludables que existen, ya que apenas tienen grasas ni hidratos de carbono, por lo que no engordan. Sin embargo, pueden ser difíciles de digerir en ocasiones. Están disponibles durante todo el año, con excepción del verano y suponen una fuente inagotable de fibra, yodo y potasio.

¿Quién puede comer setas?

Por su bajo contenido en grasas y alto índice de minerales, proteínas y vitaminas, las setas son muy recomendables para todo el mundo. Lo único que tenemos que tener en cuenta es que si no las cocinamos bien pueden provocar una digestión algo pesada. En general, los hongos apenas tiene calorías, por lo que se convierten en alimentos clave para dietas de adelgazamiento.

¿Y quién no?

Las personas que sufren enfermedades renales que requieren de un estricto control del potasio no deberían comer setas, ya que poseen un alto contenido de este mineral. De igual forma, se desaconseja en casos de problemas de ácido úrico, ya que los hongos propiciarían la aparición de cólicos.

Las setas en la cocina

No todas las setas saben igual y tienen la misma textura, por lo que es vital adaptarnos a ellas a la hora de elaborar un plato. En este sentido, los níscalos son excelentes a la plancha, mientras que las trompetas están mejor acompañadas de un guiso.

Setas y aceite

Algunas setas tienen un sabor muy intenso, por lo que se aconseja cocinarlas con aceites ligeros como el de girasol, para así no desvirtuar su personalidad con otros líquidos de más presencia. Sin embargo, podemos usar el aceite de oliva en variedades más suaves como los níscalos y boletus. 

Setas y maridaje

Y luego está el tema del maridaje, al que también tenemos que prestar especial atención. No solo para combinar sabores y aromas, sino para evitar problemas digestivos. Por ejemplo, la variedad conocida como Coprinus Atramentarius no debe mezclase con ningún tipo de alcohol, ya que en este caso podría provocar una intoxicación.

El peligro de la micología

En nuestro país existe una gran tradición micológica, pero para saber qué setas son aptas para el consumo se requieren de amplios conocimientos sobre el tema. Si tienes dudas, lo mejor es que acudas a un experto que certifique que la variedad que has recogido no es venenosa, ya que cada año se producen cientos de casos de intoxicación. Los síntomas más habituales son vómitos, mareos y diarreas, pero en circunstancias extremas puede provocar la muerte.